"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

sábado, marzo 14, 2015

La izquierda y la ciencia (el affaire Nicholas Wade)



Lo primero que me dijo Mario Noya al verme en la Gala es que tenía pinta de Esquerra Republicana.  Lo segundo, que hoy publicaba mi artículo sobre la deriva anticientífica de cierta izquierda académica a propósito del "escándalo" en el que se ha visto implicado Nicholas Wade, de forma semejante a lo que tuvieron que sufrir de E.O. Wilson a Paul Ekman, basado en un irracionalismo en el que ha caído un sector de los científicos de izquierda atrapados en una ideología posmoderna que niega valores como los de "objetividad" o "verdad" (como ha denunciado Alan Sokal) y en los tres mitos que Steven Pinker denomina "la tabla rasa", "el buen salvaje" y "el fantasma en la máquina".


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen artículo que denuncia con valentía lo que le sucede a la ciencia cuando sus instituciones educativas están gobernadas bajo el principio de la Planificación Central de la Educación Pública de los socialismos (de izquierdas y derechas).

Fernando Nogales

canina dijo...

Interesantísimo, muchas gracias por el artículo y las referencias.

Anónimo dijo...

Sería lógico aplicar los mismos parámetros a quienes impiden la investigación de lo que se conoce como "holocausto"?

Anónimo dijo...

Ups, un nazi

https://paginatransversal.wordpress.com/2015/03/09/libertades-de-occidente-abogada-alemana-sylvia-stolz-vuelve-a-la-carcel-por-criticar-la-censura-sobre-el-llamado-holocausto/

Anónimo dijo...

Si, para algunos prohibir estudiar el suceso que ha catapultado la política exterior a nivel mundial del siglo XX, es nazi.

pvl dijo...

Al respecto es interesante la defensa que hizo el nada sospechoso de conservadurismo, R. Dawkins de la validez y existencia del concepto de "raza" frente al griterío papanatas de buena parte de la intelectualidad "progre". En síntesis, Dawkins argumenta, como siempre de una forma demoledora frente a sus "adversarios", que llevar al extremo la negación de la existencia de razas por razones ideológicas, conduce a la estupidez de negar que se pueda distinguir a simple vista y sin necesidad de conocimientos biológicos a un blanco de un negro o a éstos de un oriental, cuyas obvias diferencias físicas, no pueden sino provenir de sutiles diferencias genéticas, sin que esto desvirtúe en absoluto la igualmente cierta, pero menos obvia condición, de que a nivel genético las diferencias entre dos individuos de razas diferentes no sean mayores que entre dos individuos cualquiera de la misma raza.