"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, octubre 04, 2015

Everest o el empresario alpinista



¿Por qué uno querría subir a una montaña helada, siendo probable la muerte o la amputación por congelación de dedos y nariz? Cuando Shackleton publicó este anuncio en The Times en 1907 respondieron 5.000 aspirantes.

«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito» 

 En la Antártida la temperatura media es de -17 grados centígrados. En el Everest, de -30. No fue hasta los años 20 del pasado siglo que otros ingleses, ¿huyendo de sus mujeres?, empezaron a rondar la cumbre más alta del planeta. En la película Everest el periodista Jon Krakauer les pregunta a sus compañeros de expedición por qué han emprendido la aventura. Primero responden citando sin mencionarlo a Edmund Hillary, el primero que holló fehacientemente la cumbre de la montaña más alta del mundo: “Porque estaba ahí”. En segundo lugar, un cartero que lo intenta por segunda vez habla del reconocimiento y el honor al que se refería Shackleton. Por último, un tejano tan simpático como chulo se pone inesperadamente serio y habla de la angustia que le asola repetidamente rodeado de su esposa e hijos -¿huiría también de su mujer? Un fallo de casting en la película: ¿quién huiría de Robin Wright?-, del bienestar de la vida burguesa de la que disfruta en su país. De hecho, ha contratado los servicios de una agencia de viajes especializada en llevar a sus clientes al Everest sin decir nada a su familia.



 La película de Baltasar Kormákur es la típica epopeya hollywoodense en la que se convierte en un héroe al ciudadano normal, al vecino del quinto que, eso sí, es capaz de la iniciativa necesaria para hacer acopio del valor, la fuerza y, claro, el dinero necesario para llevar a buen puerto, o mejor dicho, a buena cima, un desafío que aunque facilitado por la tecnología y la tradición, sin embargo, no es ni mucho menos un parque temático sometido a un entretenimiento banal y un simulacro de riesgo.



El guión de Lem Dobbs, Justin Isbell y William Nicholson está hábilmente construido desde la perspectiva del empresario innovador de Schumpeter. Mientras que la innovación desde el punto de vista del paradigma neoclásico obedece a un mero cálculo de maximización de ganancias, por lo que el capitalismo es un mecanismo intrínseca y únicamente racional, para Schumpeter la clave del capitalismo se sitúa más bien en el reino del romanticismo: el sueño y la voluntad de encontrar un dominio privado; la voluntad de conquistar por la conquista en sí misma; y finalmente la alegría de la creación, de la satisfacción en que las cosas salgan bien. Sólo después del primer momento romántico, entraría en juego la dimensión racionalista, aquella que pondría en juego los medios más adecuados para conseguir los fines propuestos por la voluntad y la imaginación. Everest es una película que ilustra a la perfección no sólo el paradigma schumpeteriano sobre el proceso de “destrucción creadora” dentro del capitalismo sino también como la cooperación y la solidaridad pueden ser elementos constitutivos de la dinámica empresarial, siendo otra forma de competencia. 



Frente al egoísmo puro y duro y el frío afán de lucro con que según Marx, un adversario del capitalismo, como Ayn Rand, que seguramente lo aprendió de él solo que dándole la vuelta, son el alma y el motor del capitalismo, en Everest se plantea una visión de los empresarios, a través de los líderes de las dos agencias que basan su negocio en llevar a alpinistas a la cumbre, como poseedores de una mentalidad más compleja en la que la empatía y el diálogo pueden dar lugar a acuerdos de beneficio mutuo mucho más ventajosos, tanto en términos de éxito económico como de justicia ética, para todas las partes.


1 comentario:

JFM dijo...

Hay un lugar carca de la cumbre del Everest que esta lleno de los cadaveres de los que murieron en los ultimos metros de la subida o los primeros del regreso. No es posible sacarlos de alli: los helicopteros no llegan ni mucho menos tan alto y con la escasez de oxigeno los hombres bastante teien con sobrevivir para encima usar enregaias en bajar davaerese. Asi que permanceran alli ghasta que los hielos en los qe estan bajan a una altura mas razonable.