En Libertad Digital vuelvo a escribir un artículo sobre fútbol. O, mejor dicho, sobre el Real Madrid como institución. A lo Acemoglu y Robinson podría haber titulado el artículo "¿Por qué fracasan los equipos de fútbol?": incentivos perversos. Como en el caso del Barcelona, hace falta un Alejandro (un líder con determinación e ideas) para romper el nudo gordiano madridista, contra la prensa y la afición, esos poderes fácticos basados en la superstición intuitiva y los intereses creados.
En una de las mejores películas del 2015, Timbuktú, de Abderrahmane Sissako (una película además muy recomendable para todos aquellos interesados en el cine y la política, ya que trata el yihadismo y el fanatismo islámico desde una perspectiva musulmana), se encuentra esta bella secuencia futbolística (los yihadistas también odian el fútbol y han prohibido los balones)
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