"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

sábado, octubre 16, 2010

Gordon Gekko, mi villano favorito

En Libertad Digital celebro el regreso a las pantallas de nuestro villano financiero favorito, Gordon Gekko. Aunque un tanto desleído por el sentimentalismo e idealismo barato con el que Oliver Stone lo rodea en sus relaciones paterno filiales finalmente ese talante nietzscheano, agresivo a fuer de humorístico, que lo sitúa en la galería de personajes que están más allá del bien y del mal como Hannibal Lecter, Tony Soprano, House o Michael Corleone.  Tipos de esos que cuando son buenos son buenos pero cuando son malos son mejores.


5 comentarios:

Abraham dijo...

¿Barato?

Creo recordar que los personajes mueven millones y millones de dólares entre la fluctuación bursátil de sus sentimientos.

¿Quál es el verdadero valor del dinero? La inversión, la deuda... la fidelidad, la culpa...

O cómo cuál es el precio de la expiación.

¡Más cine, menos política! (con ánimo festivo)

El lobo estepario dijo...

Nietzsche no tiene nada que ver con el particularismo materialista de nuestra civilización, ya sea en su cara capitalista, o en la casi extinta cruz comunista.

La civilización actual es una civilización de mercaderes, que Nietzsche odiaba, y ningún golfo de Wall Street puede compararse con la filosofía nieztscheana.

Siento dejar este comentario, pero era necesario.

Libertariano dijo...

Se te agradece el comentario Lobo. Pero creo que a N. le gustaría el aire cesarborgiano de Gekko, que no es para nada un mercader sino un especulador, es decir, un tipo que está metido en el fregado del capitalismo pero sin ningún compromiso ético con el devenir del mismo. Es un auténtico Príncipe maquiavélico, lleno de poder y de furia y al que las convenciones sociales le traen al pairo.

Gekko, y ahi está la fascinación nietzscheana que me provoca, es mucho más que un golfo. No está ahí para golfear en su propio beneficio materialista sino por el placer de jugar en el límite, bailando en los gráficos de la Bolsa.

Stone traiciona el espíritu pagano del personaje con un giro cristiano (perdón, redención) y judío (culpa, expiación) que es lo que a Nietzsche le hubiese producido arcadas...

DDAA dijo...

Lo más inverosímil de la película es que Shia Laboeuf deje atrás el paraíso repleto de beldades que se representa en la secuencia de la discoteca para casarse con la sosísima Carey Mulligan.

Libertariano dijo...

Sin duda, un affaire con una lobilla capitalista de disco le hubiera dado vidilla a la peli