En Libertad Digital comento cuatro casos de prohibicionismo: toros, españoles, putas y ¡limpiabotas! Y de cómo los nacionalistas catalanistas se ven a a sí mismos como comunistas estalinistas... Esta es la secuencia final de América, América de Elia Kazan con el protagonista que prefiere ser limpiabotas en Nueva York que millonario en Estambul. Y que revela el señoritismo condescendiente de izquierdistas como Juan José Millás, del estilo de esos que prohíben el español en las escuelas públicas pero llevan a sus hijos a colegios privados.
He usado los servicios de limpiabotas en Madrid y Londres. En lugar de la mentalidad pobrista y prohibicionista de Millás, lo que sí podrían hacer los limpiabotas de Madrid, grandes profesionales que vienen de México los situados en la Gran Vía, es tomar el modelo de los limpiabotas londinenses organizados en una empresa con gran imagen. Quizás así incluso conseguiríamos que Millás llevase, si no los zapatos, al menos sí el alma un poco más limpia.
PD. América, América, de Kazan, donde se muestra que ser limpiabotas no sólo es tan digno como ser articulista tipo Millás sino que puede ser una esperanza.
PD. La otra película con la que ilustro la ridícula "perversión sexual" de Millás, dime lo que denuncias y te diré lo que te obsesiona, es El marido de la peluquera
No hay comentarios:
Publicar un comentario