"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

miércoles, enero 07, 2009

Los judíos bombardean Madrid (I)

En la capital del cristianísimo Imperio español (Borges decía que por lo menos los portugueses sabían que habían perdido el suyo) no se pone el sol cultural... judío. Le das una patada a una piedra y te aparece un sonriente aunque malhumorado hebreo dispuesto a amenizarte la estancia en el mundo con una comedia mordaz, un musical procaz o una exposición fugaz.

Sin los judíos Madrid sería un páramo cultural (y sin Messi, que tiene pinta de judío, también futbolístico) Es lo que tiene creer en un Dios salvaje. Precisamente así, Un dios salvaje, han traducido el título de la última representación teatral de Yasmina Reza, francesa y descendiente de judíos. Dos matrimonios, uno más bien progrepijo y otro pijofacha, se reunen amigablemente para charlar, dialogar, poner en común, en fin, expresar las emociones producidas a raíz de que el hijo de once años de los pijofachas le haya roto dos dientes al de los progrepijos. Entre tulipanes blancos, hámsters abandonados y botellas de brandy, al principio los progrepijos ponen contra las cuerdas a los pijofachas pero progresivamente el diálogo se transforma en un debate, y éste en una discusión, y ésta en una pelea... de todos contra todos en una espiral de violencia que ríete de lo de Gaza y Cisjordania.

Yasmina Reza, como todos los grandes humoristas desde Aristófanes, tiene un sentido de la observación afinadísimo y un sexto sentido para hacer juicios de intenciones acertados con el que descubrir a los impostores de la moral. El griego, que creía en DOS dioses salvajes, hizo así el mejor retrato posible de Sócrates y la francesa la ha tomado con los progres que adoran los cuadros en blanco y prefieren un Kokoschka a unas buenas kokotxas.

Antonio "Fiti" Molero y Aitana Sánchez Gijón son los progrepijos y Pere Ponce y Maribel Verdú, los pijofachas. Se llevan el gato al agua los primeros debido a que sus papeles son más contradictorios y evolucionan hacia la tesis que defiende Reza entre risas y vomitonas: la naturaleza humana existe y está hecha del material de las pesadillas.

Aitana Sánchez Gijón destaca especialmente por su extraordinaria belleza, sobre todo a medida que va desmelenándose, literalmente, y porque resulta admirable ver a alguien interpretándose a sí mismo. No me extraña que Mario Vargas Llosa beba los vientos, teatrales, por ella.

PD. Cuando termine la representación en Madrid será sustituida por una nueva versión de Arte, también de Reza y que como obra teatral me pareció todavía más redonda.

PD. Bergman hizo un gran y sentido retrato del artista judaico y su maestría en la creación de golems en Fanny & Alexander








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