Boldrin es lo que suele denominarse un ultraliberal, válganme los sambenitos, por lo que su artículo de hoy en El País criticando el Plan Paulson es especialmente interesante. No está en contra de él en cuanto que el Plan estuviese incurriendo en un pecado de leso socialismo, sino sencillamente porque en su opinión no funcionará. Las medidas que propone no son menos intervencionistas ("socialistas" dirán los liberales doctrinarios)
1. Imponer a los bancos que se recapitalicen de forma inmediata, aliviando de esta manera el lemons problem.
2. Comprar hipotecas en quiebra, atacando el virus en sus raíces. Si hay que gastar impuestos, esto es más eficiente que comprar promesas complicadas escritas sobre papel mojado.
3. Imponer, por intervención directa de la Reserva Federal y del Tesoro, que se cierren aquellos contratos derivados que están actuando como píldoras envenenadas distribuyendo los beneficios. De manera que se puedan maximizar las solvencias del sistema, no la de los bancos individuales. Por supuesto, esto implicaría la quiebra de varios bancos: un precio razonable para permitir al sistema, en su conjunto, limpiarse y volver a funcionar.
4. Abrir de inmediato un debate público sobre los criterios con los cuales los mercados financieros y las instituciones que operan en ellos tendrían que actuar.
PD. El tormentoso día en que George Bailey se enfrentó a una crisis crediticia
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